Etimológicamente el término arte viene del latín “ars, artis” que traduce el vocablo griego “técne” y significa técnica adquirida, habilidad o maestría para hacer algo.
No es posible aportar una lista exhaustiva de las definiciones del arte. Por ello, con fines didácticos integraremos algunas de ellas en cinco conjuntos o visiones generales esquemáticos que explicaremos a continuación .
I. REPRESENTACIÓN DE LA REALIDAD
1. La mayor parte de los autores griegos: arte como imitación de la naturaleza.
2. La mayor parte de los estéticos ex-soviéticos: representación verídica de la realidad.
II. FICCIÓN
1. Immanuel Kant (1724-1804): actividad libre y desinteresada.
2. Conrad Lange: ilusión o engaño conscientes.
III. FORMA DE LA CONCIENCIA HUMANA
1. Leonardo de Vinci (1452-1519): forma de reflejo y conocimiento de la realidad.
2. George Wilhem F. Hegel (1770-1831): forma de autoconciencia del espíritu y objetivación del hombre.
3. G. Lukacs: modo de manifestación de la autoconciencia de la humanidad.
4. Francaste señala: el arte debe transferir sobre la tela una cosa sabida. Tal concepto vuelve a colocar el arte en su nivel mágico, espiritualista, iluminador porque el público desea ver en la obra de arte una idealización, una ideología. (Ragon,M.,1985:46).
El arte es entendido como conciencia social de la realidad y se requiere diferenciarlo de la ciencia a través de encontrar en estas ramas de la actividad humana las diferencias y similitudes que las valoran y complementan.
El arte y la ciencia expresan lo general, lo que es común a muchos aunque ambas cumplen esto de diverso modo. La ciencia lo hace mediante la forma lógico-abstracta (conceptos, categorías, principios, hipótesis, leyes, teorías). En cambio, el arte individualiza y lo presenta mediante imágenes.
Tratando de aclarar el punto tomemos las palabras de René Berger quien considera que la ciencia, no es “la verdad absoluta” ni siquiera su depositaria pues su objeto (la realidad) no es ni estable, ni definitivo, ni absoluto así que debe pensarse como una herramienta del espíritu humano cuyo requisito indispensable es la rigurosidad de su proceder y su finalidad, la previsión más eficaz y rápida posible.
La cultura científica es parte integrante de la cultura general y sus métodos de investigación tienen afinidades con los métodos de las investigaciones artísticas y poéticas. Cualquiera de ellos “empalmado” a la cultura general adquirida (almacenamiento del saber), nos puede conducir al conocimiento.
Así la historia de los artistas está ligado íntimamente a la de los descubridores. O más bien, representa una rama de esa investigación. Porque las obras artísticas son obras del espíritu que requieren de un ‘médium’ para encarnarse: la partitura, los interpretes de la orquesta, la tela, los colores. Si el ‘médium’ técnicamente no está en su punto, la idea no pasa bien (Ragón,M.,1985:133).
En resumen, la ciencia mediante conceptos avanza en la explicación racional de los fenómenos mientras que el arte a través de imágenes nos los presenta y pondera.
IV. LENGUAJE EXPRESIVO
1. Carlos Marx (1818-1883): trabajo o creación “conforme a las leyes de la belleza”.
2. G. Della Volpe: lenguaje o discurso cuyos signos forman parte de un contexto semántico orgánico y autónomo.
3. Chester Morris: lenguaje para comunicar valores.
4. S.K. Langer : fenómeno significativo o símbolo.
5. El pensador Jorge García Gallo afirma (1985: 60): “el arte es una actividad social que refleja un tipo especial de fenómenos, los fenómenos estéticos, que expresan lo que hay de bello, de armónico en la naturaleza y la sociedad; en el alma o conciencia de los hombres”.
Noam Chomsky nos brinda, al respecto, una idea muy sugerente pues considera al lenguaje como una manipulación de los datos sensoriales que transforma a éstos, en objetos culturales. Por lo que el arte al formar un lenguaje, es la resultante de todo un sistema de signos que constituyen un repertorio y un “conjunto” que va, en las llamadas artes plásticas, desde las cuevas rupestres de Lascaux a Picasso. Razón por la cual el aficionado al arte, aprende muy lenta y largamente a descifrar estos signos que constituyen a la vez el lenguaje e historia del arte (Ragon,M.,1985:10).
1. T. Lipps y Vernon Lee: introspección o proyección sentimental.
2. Sigmund Freud (1856-1939): satisfacción indirecta de un deseo reprimido.
3. Dewey: organización de la experiencia para que resulte más intensa y vital.
4. Collingwood: expresión imaginativa de una emoción.
5. Santaya: placer objetivado.
El arte también es evocación de sentimientos experimentados y expresado mediante líneas, colores o palabras (León Tolstoi), es decir, es en si mismo un lenguaje emotivo-expresivo que sirve para comunicar emociones e inclusive puede contener determinados mensajes (Leonello Venturi).
Por esta razón Arnold Hauser afirma que el arte es un conjunto de signos objetivos directamente relacionados con los anhelos, ideales de armonía, de perfección, a los cuales el hombre consciente o inconscientemente aspira. Y en consecuencia, Hauser piensa que el arte, permite al hombre dominar mejor el caos que lo rodea y poder dar una mejor interpretación de la vida misma (Cantú, 1996:11).
VI. UNA DEFINICIÓN GENERAL
Como una síntesis de todas las expresiones anteriores podemos considerar la conceptualización que D’Arcy Hayman establece en Les Arts et la Vie, texto publicado por la UNESCO en 1969: el arte es descubrimiento, ahondamiento (inflama e intensifica), medio de expresión, testimonio (es como un resumen y la crónica de la experiencia humana), interpretación (a la vez diagnóstico, definición y análisis razonado de nuestra condición), instrumentos de reforma, enriquecimiento (los artistas tienen el cometido de descubrir y de hacer admisibles formas nuevas de belleza), orden, integración (establecer relaciones entre el mundo de la imaginación, del pensamiento y el mundo físico de la realidad objetiva) (Ragón,M.,1985:15).
La opinión de Herbert Read complementa los conceptos vertidos anteriormente: “En el curso de las edades hasta el inicio de la época moderna, no se concibe la existencia de una sociedad sin arte, o de un arte carente de significación social...Sólo una sociedad cuya sensibilidad se haya desarrollado por las artes puede tener acceso a las ideas...” (Ragón,M.,1985:14).
Ninguna de esas conceptualizaciones es satisfactoria. Todas definen al arte por un rasgo que se considera común y esencial a través de la variedad de sus formas históricas, la diversidad de las artes particulares así como de las obras artísticas en cuanto productos singulares. Pero dicho rasgo particular del arte de una época, contexto u obra no debe ser generalizado de manera ilegitima.
En consecuencia, Adolfo Sánchez Vázquez señala que la naturaleza abierta, creadora y constantemente cambiante del arte debe considerarse en su definición por lo que propone (1968:43): “El arte es una actividad humana práctica creadora mediante la cual se produce un objeto material, sensible, que gracias a la forma que recibe una materia dada expresa y comunica el contenido espiritual objetivado y plasmado en dicho producto u obra de arte, contenido que pone de manifiesto cierta relación con la realidad.”
Así el conjunto de reflexiones expresadas en líneas anteriores apunta, refuerza y aclara la definición acerca del arte como la esencia misma de lo humano, encarnación de la experiencia del hombre y sus aspiraciones, esto es, simboliza el espíritu del hombre y le ayuda a conseguir sus objetivos.
En términos más específicos, los pasos a seguir serían los siguientes:
1-Aprender a manejar los colores, las texturas, los materiales, los sonidos, las palabras, el propio cuerpo, las imágenes y los símbolos en forma novedosa y creativa, en el entendido de que ello constituye una forma gozosa y benéfica de expandir las habilidades manuales e intelectuales de los individuos;
2-Aprender a cultivar el “buen gusto” y la sensibilidad perceptual gracias a una “educación de los sentidos”, la cual nos permita valorar la belleza estética de todos los productos artísticos, artesanales, industriales así como espacios creados por la mano y la mente del ser humano. Todos ellos, objetos efímeros o trascendentes que conforman el mundo material y simbólico que nos rodea, y a los cuales utilizamos de manera pragmática en nuestra vida cotidiana sin que nos percatemos de que detrás de su diseño quizá se esconda una belleza estética que no hemos sabido descubrir;
3-Aprender un oficio artístico e intentar ejercerlo como medio de realización personal y profesional, a sabiendas de que si se tiene talento resulta un privilegio ganarse la vida gracias a una actividad que nos produce placer y nos genera satisfacciones intensas.
4-Aprender a utilizar el inmenso potencial que tiene el arte como fuente de conocimientos sociológicos y filosóficos en torno del individuo y la sociedad; una sabiduría certera y compleja, siempre iluminadora, que subyace en todas las obras maestras de la literatura, en los grandes frescos pictóricos, y en todos los productos artísticos que testimonian la grandeza y la fragilidad de la humanidad: sus guerras, sus inventos tecnológicos, sus cantos a la naturaleza y al amor, sus expresiones de heroísmo y perversidad, sus tendencias a la explotación y la solidaridad, y sus manifestaciones de ternura y crueldad; todos ellos, componentes de la intrínseca ambigüedad moral que nos distingue como especie;
5-Aprender a concebir el arte como una síntesis de espontaneidad, emotividad y expresividad, elementos que sin duda convierten a la práctica artística en la forma más provechosa y divertida con la cual ocupar el tiempo de ocio y esparcimiento, un tiempo libre que resulta de vital importancia para la renovación de las energías y el vigor espiritual de toda la sociedad;
6-Aprender a derivar del arte sus numerosas bondades terapéuticas y de salud pública: desde su utilización como medio de relajación psicológica, como medicina para mejorar el estado anímico de los enfermos, o como el camino más apropiado para fortalecer la autoestima personal y, por esta vía, volver más fácil y placentera la convivencia social.
Nos sumamos al planteamiento radical que postula que no es viable querer mejorar o cambiar las estructuras económicas y políticas de cualquier sociedad, si previamente no se mejora y cambia la manera de ser de los individuos, su personalidad como sujetos que piensan, actúan, sienten, sueñan y, por fortuna, también crean o disfrutan de las obras artísticas.
Todo ello nos explica porque la Declaración de los Derechos del Hombre, proclamada por la Asamblea General de la ONU, señala: “Toda persona tiene el derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad (y) a disfrutar de las artes”.
VII. BIBLIOGRAFIA
1. Akoun, André, (1977a), “La renovación de los lenguajes”, en: LAS ARTES. Las ideas/las obras/los hombres. Ediciones Mensajero, Bilbao, España. Páginas 301-318.
2. Cantú Delgado y García Martínez, (1996), HISTORIA DEL ARTE. ITESM, UNIVERSIDAD VIRTUAL, Ed. TRILLAS. México. Págs. 292
3. Ceballos Garibay, Héctor (2002). Sensibilidad, en: LA VOZ DE MICHOACAN. Año IX Número 503. Morelia, Michoacán, 9 de Octubre.
4. Prieto, Daniel (1977), ESTÉTICA, ANUIES, México.
5. Ragón, Michel, (1985). El ARTE ¿PARA QUÉ?. Editorial Extemporáneos. México Págs. 148.
6. Reyes Palma, Francisco (1982). EL ARTE EN LA VIDA SOCIAL 1775-1913. Editorial Trillas. Páginas 137.
7. Sánchez Vázquez, A., (1968). “De la imposibilidad y posibilidad de definir el arte”, en: ENSAYOS SOBRE ARTE Y MARXISMO. Grijalvo. México. Págs. 19-46.